martes, 27 de octubre de 2009


Parece uno no querer volver a tropezar con una piedra. Grande, chica o pequeña según cómo se la viva por dentro. Huellas que en el camino van tapando dificultades que futuramente destapan el problema y recurren al conflicto.
Palabras y más palabras. Solas vagando en el viento. Hechos ausentes que abandonan el sentido. Carencia de entendimiento. Se quiere comprender en el vacío. Queremos culpar con oraciones. ¿Dónde está la realidad?
Vemos o creemos. Nada se sustenta en lo que registra tan solo un sentido. Cargas y más peso siguen confundiendo. Elegimos encerrarnos, nos dictamos una sentencia. Estamos presos de algo que optamos tomar como verdadero.
Convención. Convencimiento. Convencerse. Nadie puede lograr tal actitud sin la intervención del querer, sumado a veces de un querer y perdonar. Querer y olvidar. Querer y soportar. Querer e ignorar. Aceptar convencerse de que estamos convencidos que hemos querido lograrlo.
Salimos del encierro, cumplimos la condena. Seguimos adelante. Perdonamos, olvidamos, recordamos el dolor. Optamos el progreso.

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